martes, 30 de agosto de 2011

En una cajita

Desde que mis padres me dijeron que era definitivo que nos mudábamos he temido que llegara este momento. Meter toda mi vida en unas cuantas cajas no es nada fácil. Son veintisiete años de recuerdos, papeles, fotos, pósteres...
Quizá haya cosas que tire, porque me parece que guardo demasiadas tonterías. Por ejemplo, ¿qué es esta caja? No recuerdo qué he podido guardar que sea tan pequeño como para que quepa ahí. 
Ahora caigo. Efectivamente, al abrirla me encuentro una púa. Era de la que fue mi novia, que tocaba la guitarra. 
Me la dio tras su primer concierto, cuando solo era la guitarrista de un grupo de chavales que tocaba en un bar. Ahora es una estrella y en el camino para conseguirlo se olvidó de mí. Debería tirarla. 
Solo sirve para torturarme recordándola. Pero no soy capaz de echarla a la basura. La vuelvo a meter en su cajita y la dejo junto a unos libros. Ahora no puedo dejar de pensar en ella.

domingo, 28 de agosto de 2011

GP Bélgica

Después de un mes de vacaciones la Formula 1 ha vuelto con una de las carreras más emocionantes de la temporada. Parecía que la clave iba a estar en los neumáticos, pero finalmente las ampollas que sufrían algunos equipos no han sido tan importantes. También se esperaba lluvia. Sin embargo, ha sido una carrera en seco. 
En la salida ha habido muchos adelantamientos y varios toques. El más fuerte ha sido el de Senna a Alguersuari, que lo ha empujado hacia Alonso. Así pues, la carrera de Jaime ha terminado en la primera curva. 
Finalmente la victoria ha sido, una vez más, para Vettel, seguido de su compañero de equipo. La tercera posición ha sido para Button, que ha adelantado a Alonso a falta de tres vueltas, por lo que el español ha terminado cuarto. Ante esta situación, el mundial carece de emoción, ya que Vettel cuenta con una ventaja prácticamente imposible de superar. 
La peor parte se la ha llevado Hamilton, quien ha sufrido un accidente bastante fuerte tras un choque con Kobayashi. La mayor remontada ha sido la de Shumacher, que tras salir el último ha conseguido cruzar la meta en la quinta posición.

sábado, 20 de agosto de 2011

Desayuno interrumpido

Carlota estaba en la cafetería con Miriam. Su desayuno de los lunes no lo perdonaban ninguna semana desde hacía ocho años, cuando una recién casada Carlota se había mudado al edificio de Miriam. En seguida se habían hecho muy amigas.
Pero aquel día su desayuno se vio interrumpido por el teléfono de Carlota. La llamaban del colegio. Su hijo había vomitado, así que subió a casa, cogió ropa limpia y fue a por él.
El pequeño Mario tenía mala cara. Carlota le tocó la frente y estaba caliente, por lo que se lo llevó a casa. No obstante, pensó que lo mejor era pasar antes por la farmacia porque no tenía medicamentos en casa.
Llevaba en brazos a Mario, así que no veía bien y casi se choca con las sillas de una cafetería. Cuando recuperó el equilibrio se fijó en una pareja que había unas mesas más allá. Se habían dado un beso. Era su marido.
Él no la había visto, así que pasó rápido. Al salir de la farmacia dio un rodeo para no volver a pasar por allí. Llegó a casa, hizo la maleta y se fue.

sábado, 13 de agosto de 2011

Mi habitación en ruinas

Cuando llegué a casa encontré mi habitación... decir que estaba hecha un desastre es poco. Casi toda mi ropa estaba sobre la cama. Había pendientes tirados por el suelo. Mi pintalabios favorito estaba roto. Pero lo peor de todo es que mis apuntes olían a perfume. 
Salí corriendo en busca de un responsable y encontré a mi sobrino de año y medio con la cara manchada de sombra de ojos. Sabía que a él no podía regañarle, no era consciente de lo que había hecho. Así que lo cogí para lavarle la cara.
Pero el cuarto de baño estaba ocupado. Mi hermana estaba dentro. Esperé junto a la puerta para pedirle una explicación. Cuando salió vi que llevaba uno de mis vestidos, mis zapatos de fiesta, los pendientes que me regaló Ana y olía como mis apuntes.
No solo había revuelto mi habitación, sino que había intentado echarle la culpa a su hijo. No recuerdo que le dije, pero debió darse cuenta de que aquella vez se había pasado porque no solo se quitó lo que llevaba puesto, sino que recogió mi habitación. No obstante, esto no es lo que más me sorprendió, sino que esa noche no salió. Se quedó en casa jugando con su pequeño.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Adiós

Me voy. No puedo aguantar más esta situación. Estoy cansada. 
Un día es que te toca hacer guardia en el hospital. Otro que has quedado con tus amigos para cenar porque hace mucho que no los ves. Cuando no es eso es que hay un partido superimportante que no te puedes perder y te vas al bar.
¿Y yo qué? Casi todas las noches me acuesto sola y cuando me levanto ya te has ido. A veces pienso que solo eres fruto de mi imaginación y entonces me dejas una nota con un "Te quiero" o un "¿Cenamos esta noche?" que no se cumple. Yo me lo creo y se me pasa el enfado.
Pero ya no puedo más. Hace días que no te veo y no parece que esto vaya a cambiar. Sin embargo, no estoy enfadada. Estoy triste. Sobre todo porque ni siquiera puedo decirte lo que siento a la cara. Tengo que dejarte esta nota porque, para variar, no estás en casa ni sé cuando vas a estar. 

Así que se acabó. No me busque porque solo conseguirás que esto sea más difícil tanto para ti como para mi. Me voy.