Tras la muerte del Papa es elegido su sucesor un cardenal polaco, Cirilo Lakota, que ha pasado 17 años preso del régimen soviético. Cirilo quiere hacer cambios, pero la estructura de la Iglesia no se lo permite como le gustaría. De forma paralela, cuenta la historia de una pareja que intenta conseguir la nulidad de un matrimonio anterior de ella.
Sin embargo, mi personaje favorito es uno secundario. Se llama Ruth y es una mujer con un duro pasado que busca su propia identidad. Otra de las vidas que narra es la de Telemond. Se trata de un jesuita que ha recorrido medio mundo y que ahora se enfrenta al análisis de la obra de su vida.
La verdad es que este libro me ha sorprendido gratamente. De hecho, al terminarlo me quedó una sensación un tanto agridulce porque al fin sabía cómo acababa, pero ya no quedaba más. En definitiva, recomiendo este libro.
