martes, 27 de diciembre de 2011

Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez cuenta el Relato de un náufrago de forma magistral y a través de la voz de su protagonista Luis Alejandro Velasco, un joven de la marina colombiana. Así pues, narra los diez días que este marino se vio obligado a sobrevivir solo en una balsa en medio del mar Caribe sin tener nada que comer ni que beber.
Aunque pueda parecer increíble, se trata de una historia real. El protagonista es el único superviviente de los ocho miembros de la tripulación del destructor Caldas que cayeron al agua el 28 de febrero del año 1955, cuando viajaban de Mobile (Estados Unidos) a Cartagena (Colombia), a causa de una tormenta. García Márquez nos presenta la historia de forma cronológica, pero con algunos saltos hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, como si se tratase un diario que Luis Alejandro Velasco hubiera escrito una vez en tierra. Esto provoca que el lector pueda dudar en algunos momentos quien de los dos es el que le está narrando la historia si el protagonista o García Márquez.
En parte por estar escrito como si lo contara el propio protagonista, utiliza un estilo y un tono bastante sencillos, lo que lo convierte en un libro muy fácil de leer para cualquier tipo de público. También facilita la lectura del relato el hecho de que sea una novela muy corta. Sin embargo, esto no quiere decir que se trate de una historia simple, ni mucho menos. Por el contrario, el autor nos deleita durante toda la narración con una gran riqueza en lo que a detalles se refiere, tanto en la forma como en el contenido.
La primera persona también contribuye a hacer la historia más cercana al lector, ya que esto le aporta una gran intensidad y fuerza emocional. Todo ello contribuye a convertirlo en uno de esos libros que te enganchan desde la primera página y que ya no puedes dejar de leer hasta que llegas al punto y final. Ni siquiera importa que sepas lo que le ocurrió finalmente al marinero protagonista, solo quieres seguir averiguando cómo afronto esa situación. Una vez lees el primer párrafo ya no hay vuelta atrás, necesitas llegar hasta el final.
Es de esas historias que cualquier momento es bueno para adentrarte en ellas y dejar que te atrapen por completo. Además, consigue transmitirte todo cuanto experimenta el protagonista a la perfección, pues él mismo va contando lo que siente y piensa en cada momento. Explica detalladamente cada una de las emociones que siente Luis Alejandro Velasco, quien pasa continuamente de un estado de alegría a uno de desesperación, de las ganas de luchar para vivir al deseo de morir, de la esperanza a la compasión por sí mismo. Todo eso hace que la obra esté llena de contrastes. De esta forma García Márquez refleja la angustia que vivió el protagonista y logra conmover hasta al lector más duro.
Por motivos evidentes si tenemos en cuenta el argumento, los diálogos resultan muy escasos. De hecho, durante gran parte del relato, son inexistentes. Por este motivo, la narración se convierte en el elemento más importante del libro.
El argumento no es excesivamente innovador, ya que la literatura y el cine están plagados de aventuras de náufragos. No obstante, esto no quiere decir que carezca de interés. Más bien todo lo contrario. No se trata de una historia más. No solo porque en este caso, a diferencia de la gran mayoría, se trata del relato de un hecho que de verdad ocurrió, sino también por la forma en que está escrito. En el fondo no estamos hablado de un texto literario, sino de un magnífico reportaje, muestra del periodismo de mayor calidad.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Madre e hija viajan solas

El vagón va casi vacío. Una señora lee el periódico. Un hombre se sienta tras colocar el equipaje de todos los pasajeros. Una chica coge los cascos que le tiende el revisor mientras escucha música con los suyos. Un muchacho escribe en un pequeño cuaderno. Por último, una mujer cambia de ropa a una niña de dos o tres años.
- Ahora vamos a dormir las dos.
- ¿Estás cansada, mamá?
- Sí, cariño, porque he hecho un viaje muy largo desde un país que se llama Kenya y está en África.
- ¿Y ahora donde vamos?
- A casa de los abuelos a pasar la Navidad -le explica con paciencia una vez más.
- ¿Y por qué papá no viene?
La mujer suspiró. Hacía unos meses que se había separado del padre de la niña. La pequeña se había acostumbrado pronto a que él no estuviera. Sin embargo, aquellas semanas que había pasado con él mientras su madre viajaba por trabajo, la habían desconcertado.
- Cariño, volvemos a ser solo tú y yo.
- ¿No volveremos a verle? -la niña abrió mucho los ojos.
- Claro que sí. Él vendrá a verte de vez en cuando o yo te llevaré con él.

sábado, 17 de diciembre de 2011

El Rey León (musical)

Al igual que con El Circo del Sol, no iba a escribir sobre el musical de El Rey León. Sin embargo, los mismos motivos me empujan a ello. Ante todo, es absolutamente sorprendente.
La puesta en escena es realmente bella. Sigue fielmente el guión de la película de Disney, tanto en las escenas como en los diálogos. Por ello, las dos horas y media que dura se quedan cortas. 
Los juegos de luz y color son lo mas llamativo en cuanto al montaje se refiere. Sin embargo, esto no quiere decir que sea lo mejor. El vestuario, por ejemplo, es realmente bueno: las ropas, las máscaras...
La interpretación de los actores es tan buena que te olvidas de los disfraces y marionetas y solamente ves a los personajes. Desde Simba hasta Rafiki, pasando por Skar, Mufasa y todos los demás, bordan su papel. Esto se ve claro en la escena por excelencia de la película: la muerte de Mufasa. Ha sido perfectamente trasladada al escenario de forma que consigue emocionar. 
En definitiva, se trata de un gran espectáculo que merece la pena disfrutar. Desde luego, no puede dejar indiferente a nadie. Es realmente conmovedor.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El Circo del Sol: Zarkana

No pensaba escribir sobre el Circo del Sol porque no me veía capaz de hacer una entrada sobre algo tan asombroso. No sé si encontraré las palabras para describirlo, pero ante la insistencia de algunos, voy a intentarlo. Este espectáculo combina las acrobacias de todo tipo con la música, de forma que podemos situarlo a medio camino entre el circo y el musical.
Así pues, se suceden una serie de números de todo tipo: malabares, equilibrismo... Todos de una increíble complejidad que maravilla. También tiene algunos números de humor en los que unos payasos vestidos de blanco hacen reír a carcajadas.
En ningún momento decae el espectáculo, sino que el entretenimiento está asegurado en todo el tiempo que dura. La música contribuye en gran medida a crear un ambiente mágico. Además, las acrobacias están perfectamente coordinadas con ella, creando así una coreografía fascinante.
La luz es otra de las claves del espectáculo, pues no solo indica donde dirigir la atención, sino que, además, llena el escenario de una atmósfera fantástica. También el vestuario contribuye a que el conjunto sea realmente bello. Pero todo esto son solo detalles que enmarcan la gran calidad de los artistas que hacen posible El Circo del Sol.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Marrakech: sitios para visitar II

El museo de Marrakech merece la pena verlo más por el edificio en sí que por la exposición que alberga, ya que se encuentra instalado en un palacio del siglo XIX. Cuenta con un refinado patio en el centro del cual cuelga una lámpara impresionante. Junto a este está la escuela coránica o Madraza Ben Yusuf, que también es un edificio muy bonito. La fundó la dinastía Meriní en el siglo XIV y fue reconstruida en 1564 por el sultán saadita Abdallah al-Ghalib. Es un ejemplo fantástico de arquitectura islámica.
Junto a estos dos edificios se encuentra la Kouba el Bayidin, el vestigio más antiguo de los fundadores de la ciudad. Es un pequeño mausoleo con una cúpula con un interior muy bonito. Para llegar a estos tres sitios hay que atravesar el zoco, donde, si tienes paciencia para regatear, puedes comprar casi cualquier cosa desde dulces hasta prendas de cuero, pasando por chilabas y libros. Eso sí, hay que tener muy claro cuánto estás dispuesto a pagar antes de empezar a negociar.
Es el zoco más grande del país y se encuentra al norte de Jemaa el Fna. A menudo te desorientas, pero en realidad no es tan difícil como parece volver a situarse. En una plaza perdida entre sus callejuelas se encuentra el Café des épices, un lugar muy agradable para tomarse un té.
El museo Dar Si Said también es bastante interesante. Se trata de un palacio en el que se exponen colecciones de arte islámico y bereber de gran interés etnográfico. La verdad es que es muy bonito.
En resumen, Marrakech está muy bien, pero más vale contar con unos días para descansar después de visitar la llamada ciudad roja, porque el calor y las ganas de verlo todo agotan hasta al visitante más duro.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Marrakech: sitios para visitar

Marrakech tiene bastantes lugares para visitar. Los numerosos monumentos patrimonio de la Humanidad que encontramos en la cuidad la convierten, con razón, en el principal atractivo turístico de Marruecos. Es una ciudad llena de historia que ha acumulado a lo largo de los siglos lugares de un valor arquitectónico y cultural comparable al de muy pocas ciudades.
Merece la pena moverse tanto por el centro como por los alrededores para aprovechar el viaje al máximo, pues hay lugares interesantes que lo pueden hacer inolvidable. De los sitios para visitar el más bonito, al menos desde mi punto de vista, es el palacio Bahia. Lo mejor, como en casi todos los edificios visitables de la ciudad, son los techos. Fue construido por el Chambelán Ahmed Ibn Moussa, apodado "Ba Ahmad", a finales del siglo XIX.
El palacio Badii, en cambio, está bastante en ruinas. No obstante, desde lo alto de la muralla hay una panorámica muy buena de toda la ciudad. Cerca de este, están las tumbas Saadianas.
Como delata su aspecto, las personas enterradas allí son de gran importancia, ya que se trata de un mausoleo regio. Fueron construidas en el siglo XVI y se encuentran situadas junto a la mezquita de la alcazaba. La paz que se respira en ellas contrasta con el bullicio de Marrakech.
De los jardines, el más bonito es el Majorelle, aunque no pude entrar al museo porque estaba cerrado. Fue diseñado por el pintor francés Jacques Majorelle. En la actualidad pertenece Yves Saint-Lauren.
También están bien el jardín de la Menara y los jardines de Agdal, pero no aconsejo cometer la locura de ir desde el centro hasta estos últimos andando. Ocupan tres kilómetros de largo por uno y medio de ancho y fueron construidos por los almohades. En cuanto al jardín de la Menara, se trata de un pabellón de recreo, rodeado por un jardín de olivares. Se construyo para los encuentros amorosos de los sultanes de Marrakech.

martes, 13 de diciembre de 2011

Marrakech: Jemaa el Fna II


Numerosos restaurantes y cafeterías rodean la plaza: El Café de París, Toubkal, Chez Chegrouni... Todos ofrecen una buena comida y unas magníficas vistas de la plaza. Además, como en todo a la hora de pagar en Marrakech, para un europeo los precios resultan asombrosamente bajos.
En todos ellos la comida es muy parecida, lo que cambia son el servicio, las comodidades y la presentación. Los platos por excelencia son el tajine y el cuscús. También hay algunos restaurantes italianos, como Terrasses de l'Alhambra o Pizzeria Venezia. Cuando quise probar el Argana me encontré con una desagradable imagen. El edificio estaba destruido, ya que, lamentablemente, unos meses antes había sido objeto de un atentado.
Solo hay dos cosas en la plaza que pueden no resultar demasiado agradables. La primera son los hombres con las serpientes, dispuestos a ponerlas sobre el cuello de algún turista. Lo otro son las motos que se cruzaban por todas partes y hacia cualquier dirección.
Cuando el sol comienza a ponerse, casi sin que te des cuenta, Jemaa el Fna se llena de puestos de comida y todo lo demás desaparece, excepto los carros de zumo, que siguen rodeando toda la plaza. La comida es buena y muy similar en todos los puestos, pero en un lugar como Marrakech no saben lo que es una inspección de sanidad, así que más vale no ser escrupuloso y sentarse en un banco junto a marroquís y turistas. Eso sí, fíjate bien donde te colocas si no quieres que el humo haga que se te salten las lágrimas.
De la plaza sale una calle que en Marrakech se entiende como peatonal, es decir, en la cual en cualquier momento te puede atropellar una bici, una moto, un burro o un taxi. En esta calle, se encuentra una pastelería que resultó uno de los mejores descubrimientos del viaje. Se llama Pastisserie des Princes y en ella se puede disfrutar de batidos y pasteles muy ricos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Marrakech:Jemaa el Fna


La plaza Jemaa el Fna es bastante caótica. Se trata del centro neurálgico de la ciudad. Es la plaza más importante de la ciudad y uno de los lugares más famosos de Marrakech. Hay mucha gente a todas horas, la gran mayoría locales, pero también algunos turistas.
Se encuentra en el centro de la medina, que antiguamente era el único barrio de la ciudad. Lo forman multitud de calles estrechas que, si no las conoces, pueden parecer todas iguales. Hace relativamente pocos años, se irguió la ciudad moderna, en la que se encuentran los barrios Gueliz y Hivernage.
Quizá por esta localización sea una de las plazas más concurridas no solo de África, sino de todo el mundo. Está ubicada junto a la mezquita Kutubia, por lo que desde allí se ve su alminar de setenta metros de altura. Esto y la fachada es todo cuanto se puede apreciar del edificio, pues en Marruecos la entrada a las mezquitas está prohibida a quienes no sean musulmanes. El nombre de esta mezquita proviene de la denominación de los libreros-calígrafos (Al-Kutbiyyine) que vivían allí en el siglo XII. Alrededor de la plaza hay otras mezquitas, pero mucho más sencillas y pequeñas.
Entre los puestos que abarrotan la plaza se pueden encontrar desde vendedores de agua hasta músicos y mujeres que tatúan con henna. Algunos son un poco pesados y te insisten para que les compres lo que quiera que sea que venden, pero normalmente con un “no, gracias” es suficiente para que te dejen tranquilo, al menos durante unos segundos, hasta que se te acerca otra persona. A pesar de todas estas curiosidades, lo que más llama la atención es la gran cantidad de carritos en los que venden zumo de naranja que hay. En ellos puedes comprar también botellas de agua, un bien muy preciado, sobre todo si vas en verano, ya que el agua del grifo no es potable.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Marrakech: un paseo con los cinco sentidos

Marrakech se encuentra al sur de Marruecos, al pie de la cordillera Atlas. En árabe quiere decir Tierra de Dios y este nombre fue decisivo a la hora de nombrar al país por tratarse de una ciudad santa. La fundaron los almorávides en el año 1062 y fue la capital del Imperio islámico.
Es, junto a Meknes, Fez y Rabat, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. El grito a la oración desde los minaretes de las numerosas mezquitas forma parte del paisaje de la ciudad. Se trata, sin lugar a dudas, de un buen lugar para pasar unos días de una forma diferente.
Es fácil perderse por sus calles, sobre todo si acabas de llegar. En ese caso, lo mejor es preguntar a algún gendarme, porque, aunque hay gente muy amable y simpática, lo más probable es que te pidan una propina por las indicaciones que te proporcionen. Tampoco se puede olvidar que la filosofía del lugar es que “la prisa mata”, así que más vale tomárselo todo con calma.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Sidonie

Sidonie es un grupo español de rock alternativo que nació en Barcelona a finales de los años noventa. Tiene canciones muy buenas, pero si tengo que elegir una no tengo dudas de que esa es "En mi garganta". Desde que cree esta sección de música, sabía que tarde o temprano le dedicaría una entrada a esta canción.
El principal motivo es que el contraste que se da en ella me fascina. Por un lado, una música de lo más alegre y festiva, que invita a bailar. Por otro, en cambio, una letra tremendamente triste.
Cada vez que suena, me paro a prestarle atención, porque me parece tan desgarradora que no puedo evitar quedarme embelesada.  La frase clave es "está en mi garganta, está cortando y sangra, me ahoga el te quiero que jamás podré decir". Me han dicho muchas veces que escucho música muy trágica, pero creo que esta canción le gana a todas las demás. 
Quizá se deba precisamente a que su animada melodía nos engaña y la letra nos pilla a traición.  Desde mi punto de vista, este choque resulta de lo más seductor. Ahora juzgad vosotros.


martes, 6 de diciembre de 2011

Sacando agua IV

Lucía no entendía nada. ¿Quién era aquel señor? ¿Qué era lo que había encontrado?
- Nos iremos mañana por la mañana -dijo el hombre mientras se levantaba. Se guardó el papel y salió de la habitación.
Lucía miró a su madre con los ojos muy abiertos. La mujer se sentó y le indicó a su hija que hiciera lo mismo. Intentaba sonreír, pero sus ojos la traicionaban.
- A ver, cariño. No tienes de qué asustarte. Ese señor extranjero es tu padre.
- ¿Cómo que es mi padre? ¿Y quién es el hombre al que he llamado papá toda mi vida? ¿Y que tiene que ver con todo eso lo que he encontrado esta mañana? -Ahora sí que estaba hecha un lío. 
- Cuando naciste tu padre y yo arrojamos ese tarro al pozo e hicimos un tratoEstarías conmigo mientras fueras una niña. Supusimos que si lo sacabas es que tenías fuerza suficiente para ello y, por tanto, ya eras mayor. Entonces, habría llegado el momento de irte con él. Lo que pone en el papel es "Ahora se viene conmigo". Por eso te permitía que tus hermanos fueran a por agua en tu lugar, eso retrasaba el momento de separarte de mi.