sábado, 15 de febrero de 2014

El Prado: Las Furias

Desde el 21 de enero y hasta el 4 de mayo, hay, en el Museo del Prado, una exposición titulada Las Furias, alegoría política y desafío artístico
Las Furias son parte de la mitología greco-latina. Se trata de cuatro hombres a los que los diosos condenaron a una tortura eterna. 
Ticio intentó violar a una amante de Zeus. Por ello, un buitre le devoraba el hígado, que siempre le crecía de nuevo, de forma que el tormento no terminaría nunca. Tántalo invitó a los dioses a un banquete y, para probar la omnisciencia de estos, sirvió a su propio hijo como festín. Su castigo fue permanecer bajo un árbol lleno de frutos cuyas ramas se elevaban cuando intentaba acercarse, por lo que nunca podría comer. Sísifo delató las infidelidades de Zeus y este le condenó a portar una enorme piedra eternamente. Ixión intentó seducir a Hera. Por esto, Zeus le castigó atándolo de pies y manos a una rueda ardiente para toda la eternidad. 
Aunque no es una de las Furias, en la exposición también hay algunas representaciones de Prometeo, que sufrió un castigo similar al de Ticio por robar el fuego a los dioses. Para diferenciarlos, la mayoría de los artistas incluyeron una antorcha en sus representaciones de Prometeo. Es curioso el caso del Prometeo encadenado de Rubens y Snyders, en el que el primero añadió un trozo de lienzo después de finalizar el cuadro para añadir la llama.
En cuanto al nombre de la exposición, no podría estar mejor escogido. Las Furias comenzaron a representarse después de que María de Hungría se las encargara a Tiziano tras una victoria de su hermano Carlos V. Por tanto, son, efectivamente, una alegoría política, ya que pretendían ser una advertencia del castigo que recibirían quienes se levantaran contra el rey. Pero esto no es lo único que hace que el título sea adecuado. También eran un gran desafío artístico. Las expresiones de sufrimiento y los escorzos suponían un gran reto técnico para los artistas. El modelo que siguieron para enfrentarse a estos desafíos, ante la ausencia de obras clásicas con esta temática, fue Laocoonte y sus hijos, una escultura del siglo I d. C. de la cual en la exposición hay una copia de 1887 hecha en yeso por José Trilles
Además de dos de las obras de Tiziano encargadas por María de Hungría, la exposición cuenta con representaciones de las Furias realizadas por Miguel Ángel, Rubens y Ribera entre otros. 
A la salida de la exposición (antes de la tienda, como en todos los museos), hay una pequeña sala con una proyección. Merece la pena sentarse unos minutos a verla. No dura mucho y ayuda a comprender todo lo que se ha visto. 

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