domingo, 22 de enero de 2012

Bajo mi ventana

Papá y mamá se han ido a cenar para celebrar su aniversario, así que mi hermana y yo nos hemos quedado solas en casa. Ella ya se ha acostado, pero yo aún no tengo sueño. Me asomo a la ventana.
Es noche cerrada.  En el cielo no se ven casi estrellas y la luna es un línea que rasga el cielo. Una farola a penas logra iluminar el parque en el que hace unas horas jugaban los niños. De pronto, oigo un silbido. Y luego otro que viene de otra dirección.
En menos de un minuto, hay dos hombre bajo mi ventana. Tengo la luz apagada, así que no creo que me vean. A mí solo llegan palabras sueltas.
-¿Qué haces ahí? -mi hermana ha abierto la puerta dejando que la luz del pasillo inunde mi habitación.
Le hago gestos para que se acerque sin hacer ruido, pero cuando me vuelvo a asomar los hombres ya han desaparecido. Cierro la ventana y le pregunto a mi hermana por qué se ha levantado. Pero el timbre calla su respuesta. Nos miramos preguntándonos quién puede ser y nos acercamos a la puerta. Me asomo por la mirilla y veo a los dos hombres. 

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