sábado, 5 de junio de 2010

Se fue

La cena se enfriaba en la mesa. La cera caía de las velas. El tic-tac del reloj retumbaba en toda la habitación. Y él no llegaba. Estaba harta. Siempre le tocaba a ella esperar. Fue entonces cuando decidió que aquello tenía que terminar. Así que cogió una maleta y metió lo que consideró imprescindible. Antes de cerrar la puerta echó un último vistazo y se fue para siempre. Tres horas después de lo previsto, Carlos llegó a casa. La cena seguía enfriándose en la mesa. La cera seguía cayendo de las velas. El tic-tac del reloj seguía retumbando en toda la habitación. Pero ella ya no esperaba.

1 comentario: