Ayer me levanté con la noticia de que Robert Kubica había tenido un accidente mientras participaba en el Rally Andora y había sido hospitalizado. Al principio pensé que no habría sido muy grave, pero poco a poco fueron llegando noticias. Ver cómo había quedado el coche me estremeció.
Ya por la noche anunciaron que los médicos le dan un año para la recuperación sin garantías totales y que estará cinco días en la UCI. Esta noche la ha pasado en un coma inducido. Lo último que he leído es que puede mover los dedos y habla con normalidad, pero lo van a someter a una segunda cirugía.
Es uno de los mejores pilotos de la actual parrilla y me parece una gran persona. Espero, ante todo, que pueda continuar llevando una vida normal. Ahora mismo lo de menos es la Fórmula 1, pero me gustaría volver a verlo en un monoplaza.
Ánimo Robert.
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