Lo cierto es que no me atraía mucho esta película, ya que la única que había visto de Woody Allen no me gustó demasiado. Sin embargo, me he llevado una muy grata sorpresa. También me ha gustado mucho la banda sonora, con un estilo jazz que se ajusta perfectamente a París y a la película.
El protagonista, Gil, es un guionista de Hollywood enamorado de París y de los años veinte que se siente frustrado porque lo que quiere en realidad es escribir novelas. Viaja a París con su novia y los padres de esta.
La película nos muestra lo mejor de la cultura occidental de los años veinte: Hemingway, Fitzgerald, Picasso, Dalí, Matisse, Buñuel, Man Ray...
En definitiva, es una historia original y divertida que merece la pena ver. Además, hace al espectador reflexionar.
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