La película trata la muerte de Diana. Pero no desde el punto de vista de la sociedad o de la prensa. Por el contrario, cuenta cómo lo vivió la Familia Real inglesa y el Primer Ministro Tony Blair.
La caracterización de la Reina es excelente. No tanto la de otros personajes, como por ejemplo Blair o el Príncipe Carlos. También me ha llamado la atención la fluidez con que se mezclan imágenes reales y ficticias.
En cualquier caso, el film muestra a la perfección el dilema al que se enfrenta la Reina. Por un lado, su odio a Diana, a quien no consideraba parte de su familia. Por otro, un clamor popular para el que no está preparada.
También cabe destacar la evolución que sufre Tony Blair, que se ve inmerso en estos acontecimientos cuando acaba de llegar a la presidencia. En definitiva, se trata de un reflejo de las relaciones personales y de poder entre los distintos personajes.
Me gusta, pero se podría sazonar, al gusto, con los nombres de los protagonistas y el director.
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