−No lo sé. Pero, ¿qué más da?
−Recuerdo que al principio
saber qué día era me ayudaba a no sentirme tan aislada.
−Lo sé. Pero perdimos la cuenta
y ya no hay forma de saberlo.
−¿Crees que nos encontrarán
algún día?
−Quiero pensar que sí, pero
cada vez lo veo más difícil.
−No quiero que nuestro bebé sea
un salvaje.
−Que estemos solos en una isla
desconocida no quiere decir que no le podamos dar una educación.
−Pero, ¿qué clase de vida va a
tener? Sin amigos, sin… ¡sin nada!
José no contestó. Quería
animarla, pero él pensaba lo mismo.
Ya echaba de menos uno de estos minirelatos ¿tiene continuación o se queda así?
ResponderEliminarPuede que tenga continuación, pero no sé cuando, jeje.
ResponderEliminar