Quería sorprender a aquella chica, así que había llevado el coche de su padre a la cena sin que este se enterara. Salieron del restaurante y fueron al aparcamiento. Víctor sabía que a ella le gustaban los coches, por lo que estaba convencido de que la iba a impresionar. Sin embargo, cuando llegaron al coche, lo encontraron con las ruedas pinchadas. El pobre chico no lo podía creer. Ella intentaba contener la risa y simulaba estar horrorizada.
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