domingo, 13 de marzo de 2011

Pincharruedas IV

Víctor estaba muy contento. La cita del sábado le había parecido un desastre. Sin embargo, ella le había vuelto a llamar. Ahora iba a verla de nuevo.
Llegó pronto a la plaza donde habían quedado y se sentó en un banco. Mucha gente paseaba por allí y unos niños jugaban en el tobogán. Pero ella no aparecía. 
Hacía más de media hora que debería haber llegado, así que decidió llamarla. No cogió el teléfono. Unos minutos después volvió a intentarlo con el mismo resultado. 
A la tercera vez, una voz de hombre sonó al otro lado del teléfono. Víctor estaba desconcertado. Pero esa sensación solo duro unos segundos, hasta que el hombre le explicó que era ATS y que iba con María en una ambulancia. 
El joven no lo dudó y se fue al hospital. Cuando llegó, ya era demasiado tarde. No se pudo despedir de ella.

1 comentario:

  1. No sé cómo calificarlo, porque no tienes la opción de "triste".

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