domingo, 21 de noviembre de 2010

El autobús

Otro autobús que no es el mio. Suben una mujer con un carrito de bebé y un grupo de adolescentes. No superan los quince años y no han parado de reír en todo el rato.
Se cierran las puertas y arranca el autobús. Por la calle de la izquierda, aparece un señor corriendo todo lo que su avanzada edad le permite. Empieza a golpear la ventanilla con su bastón mientras corre junto al autobús. 
Parece vital para él subir a ese autobús. Está muy tenso. Actúa con decisión, sin importarle que le miremos todos los que estamos en la parada. Tiene el ceño fruncido y los labios apretados.
Llega a la altura de la puerta, pero el autobús ya se ha puesto en marcha. Tras un segundo que ha debido parecerle eterno, el autobús se detiene. El señor suspira aliviado.

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