jueves, 16 de diciembre de 2010

Orígenes de la Fórmula 1


La historia de la Fórmula 1 se ha desarrollado a la par que sus regulaciones técnicas. Este deporte tal como lo conocemos hoy en día nació con la normalización de las reglas por parte de la Federación Internacional de Automovilismo en el año 1947. No obstante, se trata de una evolución de las competiciones de los Grand Prix que se realizaban en Francia desde finales del siglo XIX. Comenzaron como simples carreras que tenían lugar en caminos entre pueblos. Sin embargo, pronto se convirtieron en pruebas de resistencia, tanto para los pilotos como para los coches, en las cuales se superaban los 160 km/h.
En el año 1900, James Gordon Banner Jr., el propietario de New York Herald e Internactional Herald Tribune, creó la Copa Gordon Bennett de Carreras de Autos. Se trataba de una carrera anual que resultó trascendental para las competiciones automovilísticas. Atrajo a competidores internacionales, pues podían inscribirse hasta tres coches por cada país. Siguiendo este ejemplo, en 1904, William Kissam Venderbilt II fundó la Copa Vanderbilt en Nueva York. Motivado por este acontecimiento, decidió trasladarse a Estados Unidos Louis Chevrolet, un suizo que trabajaba para un constructor francés. A partir de entonces, se convirtió en diseñador de los coches que llevan su nombre y en la figura más importante de las carreras en Estados Unidos.
En 1906, la carrera organizada por el Club del Automóvil de Francia fue la primera en llamarse Gran Premio. Duraba dos días y se corría en el mes de junio. El circuito se encontraba en Le Mans y tenía 105 km. Cada día debían darse seis vueltas, lo que suponía un total de 1260 km, y se tardaba cerca de una hora en dar cada una de ellas utilizando los relativamente primitivos coches de la época. En la primera carrera se presentaron 32 pilotos y 12 fabricantes. La victoria fue para Renault gracias al húngaro Ferenc Szisz.
Aunque no había un campeonato oficial que las uniera, algunos países organizaban sus propias competiciones. Dependiendo del país y de la carrera, las normas variaban. Por lo general, se regulaban en base a un peso máximo del coche, lo que pretendía delimitar el poder de los motores al restringir su tamaño de forma indirecta. Estos solían producir menos de cincuenta caballos de fuerza con no más de cuatro cilindros. No estaba permitido trabajar o reparar el auto durante la carrera a excepción del piloto y un mecánico que iba con él en el coche. Un factor trascendental para la victoria de Renault en ese primer Gran Premio fue el uso de unas ruedas desmontables que había desarrollado Michelin.
La mayoría de las carreras no tenían lugar en pistas privadas especialmente construidas para ello, sino en largos circuitos formados por caminos públicos que se cerraban temporalmente. Además del de Le Mans, eran así el circuito siciliano Targa Fiorio, el alemán Kaiserpreis y el fracés Dieppe. Las excepciones fueron Brooklands, Indianapolis Motor Speedway y el Autodromo Nazionale Monza. En 1922, Italia se convirtió en el segundo país, después de Francia, en celebrar una carrera con el nombre de Gran Prix y tuvo lugar en este último circuito. En 1924 fue seguido por España y Bélgica y poco a poco este nombre se extendió por otros países.
Aunque no fue adoptada universalmente, surgió una “fórmula” que empezaba a cumplir unas normas justo antes de la Primer Guerra Mundial. Se basaba en el peso y los tamaños de los motores. Más tarde, en 1924, numerosos clubes nacionales de motor se unieron para crear la Asociación Internacional de Clubes de Automóviles Reconocidos. Su Comisión Deportiva Internacional fue autorizada para regular los Grandes Premios y otras competiciones internacionales. En 1928, la etapa conocida como “Fórmula Libre”, los organizadores de las carreras decidieron llevarlas a cabo sin casi ninguna limitación. De 1927 a 1934 el número de Grand Prix ascendió de cinco a dieciocho.
Así pues, los Grandes Premios actuales tienen sus orígenes en estas carreras automovilísticas. Los organizadores decidieron controlar estos eventos que no tenían prácticamente ninguna limitación. No obstante, la FIA no las normalizaría hasta 1947. Para entonces, las carreras ya se habían convertido en un asunto altamente nacionalista. El desarrollo de este deporte se produce en función de los avances técnicos. Actualmente, sigue siendo un deporte en continua evolución para mejorar tanto los coches como los circuitos.

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