miércoles, 29 de diciembre de 2010

Una mirada II

Como cada tarde desde hace algunos meses, me voy a trabajar a Delicias, una cafetería del centro. Hoy no me apetece nada ir y encima me toca estar en la zona de fumadores. No sé si aguantaré el humo toda la tarde. Además, no puedo dejar de pensar en la chica del autobús. Esos ojos se me han quedado grabados para siempre.

Hoy he quedado con unas amigas para tomar un café. Hemos venido a Delicias, porque nos habían  dicho que está muy bien. La verdad es que el batido que he pedido es de los mejores que he tomado nunca y el ambiente es bastante agradable. No hay mucho ruido, ni música muy alta, ni demasiada gente. No ha venido Mercedes, así que por una vez nos hemos podido poner en la zona de no fumadores. Las chicas hablan de todo y de nada, como siempre. Sin embargo, yo no puedo dejar de pensar en el chico que vi esta mañana desde el autobús.

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