viernes, 22 de julio de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte II

Llegó la última de Harry Potter. Ya suman ocho películas y siete libros. Con esta, somos muchos los que podemos considerar terminada una etapa de nuestra vida. Porque, por muy friki, absurda o fantasiosa que sea la historia, lo cierto es que nos ha acompañado durante muchos años. 
Sin embargo, no es una gran película. Los efectos y los escenarios están muy logrados y supera con creces a todas las anteriores, pero le sigue faltando algo, quizá naturalidad o simplemente que es muy difícil trasladar un libro al cine. También es cierto que este género ya no me atrae como hace diez años, cuando, como a la inmensa mayoría de los niños de mi edad, me enganchó la historia de este mago.
Como en las siete anteriores, faltan muchos detalles del libro. Soy consciente de que es imposible incluirlos todos, pero algunos son bastante importantes. Con respecto al final, ya me decepcionó en el libro, así que poco podían hacer con la película.
En cualquier caso, no es ni mucho menos una película para niños pequeños, por mucho que algunos se empeñen. No solo no la entienden, sino que pueden pasar un mal rato, porque algunas escenas son bastante impresionantes.

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