Falda de ternera rellena II
Vi a Toby junto al sofá y me di cuenta de que tenía el morro sucio. Debía de haber entrado en la cocina y se había comido mi obra maestra. Ya habían parado de reír y me miraban esperando a ver cómo salía del aprieto. Ahora era yo la que reía. Finalmente no me quedó más remedio que pedir comida china por teléfono.
A mi me hubieras comprado la sonrisa, el aplauso y todo lo que se tercie con un buen postre.
ResponderEliminarUna aclaración: cuando escribo en primera persona no soy yo(yo no podría estar en la misma habitación que Toby) :)
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