martes, 21 de septiembre de 2010

Una tarde como otra cualquiera VI

Eso explicaba algunas cosas, pero no todo.
-¿Por qué dijiste que eras alumna de mi madre si es mentira?
-Yo... No sé si debería contarte esto...
En ese momento la madre del muchacho salió de casa. Cuando se acercó a ellos Manu se dio cuenta de que sus ojos verdes se habían abierto al máximo. La niña la miraba mordiéndose el labio inferior.
-¿Os conocéis? -Por el tono parecía temer la respuesta, pero suspiró aliviada cuando la chica negó con la cabeza- Manu, vamos dentro. Tengo que contarte algo.
Mientras su madre tiraba de Manu hacia la casa, la niña salió corriendo evitando mirarles a la cara.

Cuando Ester terminó de hablar, su hijo no supo qué decir. Por eso no había podido evitar seguirla, porque se parecía demasiado a él como para ser casualidad. Pero era normal, eran hermanos. Se sintió afortunado de no tener que haber sido dado en adopción como ellas.

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