domingo, 25 de abril de 2010

Tras una fotografía

A su lado no me sentía el chico débil que todos pensaban que era. Ella, alegre y sana, me transmitía fuerza. Hasta que un día no apareció por clase. Fui a buscarla, pero nadie me abrió la puerta de su casa. Pasé meses sin hacer otra cosa que pensar en ella. No pude averiguar dónde ni por qué se había ido. Al cabo de los años encontré una nota detrás de una foto que nos hicimos en el parque: “Pronto me marcharé. Mi enfermedad avanza y no quiero que me veas pasar la peor parte. No me olvides.”

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