Nunca había visto a Cesar tan triste. No le dirigió la palabra en toda la mañana. Incluso esquivaba su mirada.
Por primera vez desde aquel lejano primer día en la universidad hacía ya un año y medio, Mar volvió sola a casa. Echó en falta la animada conversación de Cesar más de lo que hubiera imaginado. Entonces se dió cuenta de lo que ocurría. No era por Ivan, era por ella. Tenía miedo. Cesar se iba el año siguiente de erasmus y ella lo haría un curso después. Serían dos años sin verse. Además, en verano él volvería a su casa.
Al llegar a casa llamó a Alicia. Ya estaba mucho mejor, así que Mar le contó lo ocurrido y sus temores.
-Mar, era evidente.
Si estaba tan claro, ¿por qué ella no se había dado cuenta? Pensó que seguramente no había querido verlo.
-¿Qué hago?
-Pidele perdón y queda con él.
Parecía sencillo, pero no lo era.
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