jueves, 15 de julio de 2010

Sólo amigos III

Hasta cuatro veces marcó el teléfono y no fue capaz de llamarle. Cuando tenía el teléfono en la mano para intentarlo una vez más, este empezó a sonar. Era él. Mar dudó si cogerlo, pero su dedo decidió por ella. Se lo acercó a la oreja, pero las palabras no salieron de su boca.
-¿Mar?
Cesar obtuvo el silencio por respuesta.
-Siento el numerito de esta mañana -continuó el chico.
-No -Mar le contó sus miedos.
-No pienses ahora en eso.
Empezaron a salir. Todo el mundo pensaba que hacían la pareja perfecta. Casi nunca discutían. Y si lo hacían, a los diez minutos ya se estaban reconciliando donde nadie les viera.
Llegó el verano y con él las lágrimas. Se veían cada pocas semanas, pero esos tres o cuatro días no eran suficientes.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar.
La última semana de agosto la pasaron entera juntos. Ninguno quería pensar en lo que vendría después, pero septiembre llegó.
Él se fue a Roma y ella se quedó en Madrid. Se llamaban a diario. Hasta que un día él no le cogió el teléfono. Ni al día siguiente. Ni el otro. Mar nunca lo había pasado tan mal. Cada vez que sonaba el teléfono corría a cogerlo, pero al ver que no era él lo dejaba seguir sonando. Al principió pensó que le habría pasado algo, pero las semanas pasaban y él no daba señales de vida.
Años después, Mar supo que él había perdido el teléfono. Entonces recordó aquel número que la llamó varias veces al día durante meses y que ella nunca cogía.

3 comentarios:

  1. La distancia que mala es, y que miedo nos da enfrentarnos a ella, pero quien no arriesga no gana y desgraciadamente no lo hacemos y pasamos un gran tiempo arrepitiendonos.

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  2. Ala joooo!!! si es que no se puede ir de erasmus xD
    hacia mil que no me metia al blog!! asique estoy leyendote del tiron!!!! :D
    Te echo de menoooos!!!!

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  3. ¡Cómo que no! ¡En un año las dos en Milán! :P
    ¡¡¡Yo tambien te echo de menos!!!

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