martes, 13 de diciembre de 2011

Marrakech: Jemaa el Fna II


Numerosos restaurantes y cafeterías rodean la plaza: El Café de París, Toubkal, Chez Chegrouni... Todos ofrecen una buena comida y unas magníficas vistas de la plaza. Además, como en todo a la hora de pagar en Marrakech, para un europeo los precios resultan asombrosamente bajos.
En todos ellos la comida es muy parecida, lo que cambia son el servicio, las comodidades y la presentación. Los platos por excelencia son el tajine y el cuscús. También hay algunos restaurantes italianos, como Terrasses de l'Alhambra o Pizzeria Venezia. Cuando quise probar el Argana me encontré con una desagradable imagen. El edificio estaba destruido, ya que, lamentablemente, unos meses antes había sido objeto de un atentado.
Solo hay dos cosas en la plaza que pueden no resultar demasiado agradables. La primera son los hombres con las serpientes, dispuestos a ponerlas sobre el cuello de algún turista. Lo otro son las motos que se cruzaban por todas partes y hacia cualquier dirección.
Cuando el sol comienza a ponerse, casi sin que te des cuenta, Jemaa el Fna se llena de puestos de comida y todo lo demás desaparece, excepto los carros de zumo, que siguen rodeando toda la plaza. La comida es buena y muy similar en todos los puestos, pero en un lugar como Marrakech no saben lo que es una inspección de sanidad, así que más vale no ser escrupuloso y sentarse en un banco junto a marroquís y turistas. Eso sí, fíjate bien donde te colocas si no quieres que el humo haga que se te salten las lágrimas.
De la plaza sale una calle que en Marrakech se entiende como peatonal, es decir, en la cual en cualquier momento te puede atropellar una bici, una moto, un burro o un taxi. En esta calle, se encuentra una pastelería que resultó uno de los mejores descubrimientos del viaje. Se llama Pastisserie des Princes y en ella se puede disfrutar de batidos y pasteles muy ricos.

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