lunes, 24 de mayo de 2010

Una tarde como otra cualquiera III

-Ve a cambiarte, que estas empapado, y ahora me explicas que ha ocurrido.
El chico hizo caso a su madre y fue a su cuarto a ponerse el pijama. Cuando volvió, la mesa ya estaba puesta y sus padres le esperaban para cenar.
-¿Qué decías de una alumna mía? -le preguntó su madre cuando se sentó.
Manu le contó lo que había pasado, pero dijo que la había seguido porque el pañuelo se le había caído en la puerta.
-Bueno mañana me lo llevo a clase y se lo doy. ¿No sabes cómo se llamaba?
El muchacho negó con la cabeza.
-Bueno, no importa.

-Manu, ¿estás seguro de que que era alumna mía? -le preguntó Ester a su hijo el día siguiente al volver de clase.
-Eso dijo.
-Pues las niñas de mi clase dicen que no es suyo.

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